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Viernes 14 de mayo de 2010

viernes, 7 de mayo de 2010

Antonio Costas: “Una sola vez pensé en renunciar”

A él se le recordará por haber propiciado la elección de asambleístas plurinacionales, gobernadores, consejeros o alcaldes y concejales en listas separadas.

Luis Mealla / La Paz


Muy sereno, Antonio Costas, presidente de la Corte Nacional Electoral (CNE) se acomodó en su escritorio, cruzó los brazos y abrió, no sólo la mente, sino sus sentimientos para hablar con Página Siete.

Ingeniero informático, aseguró estar con la conciencia tranquila y con el orgullo de haber cumplido a cabalidad su tarea en varios comicios electorales, coincidentemente con las reformas del Estado.

Dijo que uno de sus mayores logros fue construir un moderno padrón biométrico.

“Sentí una emoción tan grande como cuando nacieron mis tres hijas y luego mi nieto, o cuando me casé”.

Pero Costas admitió que durante su gestión no todo fue fácil. Es que incluso estuvo a punto de renunciar.

“Una sola vez pensé en renunciar. Previa a la promulgación de la Ley 4021, se planteaban varias alternativas para hacer el padrón electoral y una de ellas era una reinscripción general en los mismo libros y con los mismos documentos. Eso era un engaño, porque eran los viejos problemas a los nuevos libros”.
¿Qué propuso?

Planteé que la única solución viable era el biométrico, y como la probabilidad de aprobar mi proyecto era tan baja, dije que lo mejor era dar un paso al costado para que después no digan que fui incapaz de construir un buen padrón. Fue en abril de 2009, cuando se discutía la ley, pero luego ganó el proyecto y pudo nacer el biométrico.

¿Cómo cambió su vida?

Sabía que estar en la Presidencia de la Corte iba a ser un camino difícil, pero había que cumplir una misión y al final siempre queda la satisfacción del deber cumplido. Ese 15 de octubre de 2009, cuando se cerraba el registro biométrico, fue uno de los días más felices de mi vida.

¿Qué sacrificios hizo?

Más que sacrificio, renuncié a muchas cosas, entre ellas el tiempo con mi familia; pero mi esposa y mis hijas entendieron, ellas saben, al igual que yo, que llevar adelante una empresa demanda dedicación, esfuerzo, capacidad, todo el intelecto y la formación profesional, incluso astucia y sagacidad para vencer las pruebas. No hubo sacrificios, porque el sacrificio es sinónimo de hacer algo cuando no te gusta.

¿Le exigieron mucho?

Desde 2005, la Corte administró al menos siete procesos electorales y en todos demostramos la vocación para ganar la confianza ciudadana, porque el voto de la persona elige y eso transforma el país, pero cuando algunos no tienen el resultado de la votación que esperaban, reclaman y tratan de justificar lo injustificable, generando conflicto.

¿Caprichos políticos?

No fueron presiones ni caprichos políticos, fueron disposiciones legales que marcaron un periodo de cambio; aunque el (referendo) revocatorio de 2008 fue un experimento más que algo coherente, pero válido porque establece una medida para que el ciudadano demande, a través del voto, que sus autoridades cumplan la oferta electoral y tengan una herramienta para revocar a la autoridad que se duerme en sus laureles.

¿Le alcanzó el tiempo?

Éste es un cargo de mucho compromiso, incluso los domingos, y durante este tiempo son muy pocos los días que no trabajé, como en los viajes o durante las fiestas de fin de año. Es una institución a la que se le exige mucho. Una muestra fueron las elecciones de abril, cuando hicimos más de 11,5 millones de papeletas y 478 modelos. Las imprentas al principio lo hicieron con mucho empeño, pero cuando vieron la magnitud, creo que pensaron que debieron haber cobrado un poco más.

¿Volvería a postularse?

Es una decisión de las autoridades y todavía soy presidente y quizá siga siéndolo.

¿Por qué quiso ser vocal?

Soy un hombre de retos y toda mi vida me gustó enfrentarlos y, desde 1996, que entré a la Corte, quise resolver, estudiando 12 años, los problemas documentales, los sistemas electorales y las autoridades que están detrás.

¿Es manejable el sistema?

El sistema electoral de Bolivia es muy manejable, pese a estar confrontado porque la contienda es así y, muchas veces, no respeta al ser humano. El político puede ser un día el héroe y al otro ser el villano.

¿Cómo se siente ahora?

Administramos las elecciones que cambiaron la estructura del país y me siento bien porque se cumplió lo que dice la norma. No hubo intereses subterráneos como muchos piensan y hubo cambios importantes, entre ellos que las cortes departamentales, por primera vez, entregarán credenciales a gobernadores, alcaldes, asambleístas, porque, según la norma, antes sólo daban credenciales a concejales. Hay una resolución que se emitió para tal efecto porque, en el buen sentido de la palabra, al ser organismos autónomos pueden coronar ese esfuerzo luego del hito electoral histórico.
 
En un minuto
 
¿Quién compra las camisas?


Julia, mi esposa, mi linda chapaca, y también las plancha.
¿Y problemas hogareños?

Por lo general, mis hijas no se pelean, y el árbitro es el diálogo, y evitamos los rencores.
¿Como le gusta el café?

Ralito y poco dulce.

¿Qué quiso ser de niño?

Agente secreto o espía porque veía mucho James Bond.

¿Evo Morales?

Siento mucho respeto por su persona.

¿Rubén Costas?

No lo conozco, pero creo que es una persona que quiere que su pueblo marche y se desarrolle con bienestar.

¿Hugo Chávez?

Habla mucho.
¿Hincha?

Del Bolívar y Unión Central.

¿La última vez que lloró?

No lloro. Alguna vez lagrimeo cuando canto el himno ,y mi mayor tesoro es mi familia, por la que sigo aquí luchando y asumiendo una gran responsabilidad .
Hoja de vida
 
Inicios Nació en Santa Cruz el 24 de marzo de 1957 y estudió en el Colegio Don Bosco - Sucre.
Estudios Estudió primero ingeniería química en la universidad San Francisco Xavier y luego ingeniería de sistemas en la EMI.

Vida Se casó en 1983, cuando aún estudiaba. Tiene tres hijas, 25, 21 y 19, y un nieto.

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