viernes, 14 de mayo de 2010
Músicos dan su respaldo al grupo Llajtaymanta
Amancaya Finkel / La Paz
El grupo orureño Llajtaymanta ha causado revuelo en los últimos días en el ámbito de la cultura, pero músicos entrevistados por Página Siete les dieron su respaldo.
Los miembros de la agrupación folklórica compusieron una canción para un centro cultural peruano, en cuya letra algunos piensan que se sugiere que el caporal proviene del Perú.
La canción “Mi corazón contigo está” dice así: “Centro cultural andino/el umbral divino/caporal genuino/ bailando contigo/ mi gran cultural/”.
Gracias a este texto, el grupo ha recibido fuertes críticas en los medios y de muchos de sus fans. Según Napoleón Gómez Silva, director de Radio Pasión Boliviana y presidente de la Organización Boliviana de Defensa y Difusión del Folklore Boliviano, a partir de la palabra “genuino” podría inferirse que los caporales son de Perú.
En internet los comentarios de molestia se multiplican: “La traición tiene nuevo nombre” dice un bloggero y nombra al grupo. “Vendepatrias, dejen de borrar nuestros comentarios de su Facebook”, dice uno de los mensajes. “No se quiere llegar a insultar a ningún cuate peruano, pero sí a los ‘maleantes’ que quieren robar mi cultura”, dice un aviso que aparece antes de iniciarse el video de la canción del grupo en You Tube.
Para el presidente de la Fraternidad de los Caporales de San Simón, Néstor Enrique, lo que hicieron los músicos fue una gran equivocación. “Es gracias a nosotros que se ha difundido la danza; antes sólo la bailaban en las clases bajas y el caporal es 100% boliviano”, sostiene.
“Nadie nos quita lo bailado”
No todos están de acuerdo con esas críticas. Varios músicos salieron en defensa del grupo. “Jamás podrá existir una barrera que limite la migración de expresiones culturales”, afirma, por el contrario, el músico Álvaro Montenegro.
“Me parece que en ningún momento se cuestiona el origen del caporal , y que si los peruanos tienen que pagar a grupos bolivianos para hacerles la música de sus festivales o centros culturales, eso no hace más que hablar muy bien de nuestra música y de nuestros músicos. Me alegra que en Puno se baile el ‘genuino’ caporal boliviano, pues a nosotros nadie nos quita lo bailado”, dijo.
El músico mencionó también otro tema, el de las “fronteras artificiales” entre los dos países. “Dónde queda la reconstrucción del mundo andino?, ¿no es la región lacustre la más aymara de todo el altiplano? Quien conozca Puno, sentirá que la frontera no es más que una estupidez realmente colonizadora de un pueblo que nunca debió estar separado. O sea que quien vea al sur peruano como algo ajeno en cultura y música, no está más que reforzando los valores de la Colonia y de la República burguesa”.
Intercambios culturales
“Tengo sospechas y reparos en torno a las pertenencias y nacionalidades de ciertas expresiones de la cultura popular”, comenta el compositor Óscar García, “porque sabemos que la cultura popular está hecha de préstamos, de dinámicas, culturas apropiadas, enajenadas. Ahora, como forma musical que pretende ser esencialmente simbólica, es importante para el país y Bolivia siempre la víctima de que le ‘choreen’ todo y este caso no creo que sea la excepción, pero ¿dónde empieza Bolivia y dónde termina Perú en términos culturales? Nos quejamos todo el tiempo de que nos están robando, pero no hacemos nada para que Bolivia y sus expresiones salgan al mundo”.
La cantante Enriqueta Ulloa considera que los grupos tienen todo el derecho de componer canciones para quien deseen. “Llajtaymanta es un grupo que tiene 20 años de difundir la cultura y la música bolivianas. Yo quisiera que nos muestren un documento que diga que el caporal es específicamente boliviano. Lo que hace falta son políticas culturales que den a conocer nuestra cultura”.
Añadió que “el vals es peruano y nosotros, en Bolivia, tenemos el tema ‘Las playas del Beni’, que es un vals”, dice la cantante tarijeña para quien éste no es más que un “falso debate”.
El grupo orureño Llajtaymanta ha causado revuelo en los últimos días en el ámbito de la cultura, pero músicos entrevistados por Página Siete les dieron su respaldo.
Los miembros de la agrupación folklórica compusieron una canción para un centro cultural peruano, en cuya letra algunos piensan que se sugiere que el caporal proviene del Perú.
La canción “Mi corazón contigo está” dice así: “Centro cultural andino/el umbral divino/caporal genuino/ bailando contigo/ mi gran cultural/”.
Gracias a este texto, el grupo ha recibido fuertes críticas en los medios y de muchos de sus fans. Según Napoleón Gómez Silva, director de Radio Pasión Boliviana y presidente de la Organización Boliviana de Defensa y Difusión del Folklore Boliviano, a partir de la palabra “genuino” podría inferirse que los caporales son de Perú.
En internet los comentarios de molestia se multiplican: “La traición tiene nuevo nombre” dice un bloggero y nombra al grupo. “Vendepatrias, dejen de borrar nuestros comentarios de su Facebook”, dice uno de los mensajes. “No se quiere llegar a insultar a ningún cuate peruano, pero sí a los ‘maleantes’ que quieren robar mi cultura”, dice un aviso que aparece antes de iniciarse el video de la canción del grupo en You Tube.
Para el presidente de la Fraternidad de los Caporales de San Simón, Néstor Enrique, lo que hicieron los músicos fue una gran equivocación. “Es gracias a nosotros que se ha difundido la danza; antes sólo la bailaban en las clases bajas y el caporal es 100% boliviano”, sostiene.
“Nadie nos quita lo bailado”
No todos están de acuerdo con esas críticas. Varios músicos salieron en defensa del grupo. “Jamás podrá existir una barrera que limite la migración de expresiones culturales”, afirma, por el contrario, el músico Álvaro Montenegro.
“Me parece que en ningún momento se cuestiona el origen del caporal , y que si los peruanos tienen que pagar a grupos bolivianos para hacerles la música de sus festivales o centros culturales, eso no hace más que hablar muy bien de nuestra música y de nuestros músicos. Me alegra que en Puno se baile el ‘genuino’ caporal boliviano, pues a nosotros nadie nos quita lo bailado”, dijo.
El músico mencionó también otro tema, el de las “fronteras artificiales” entre los dos países. “Dónde queda la reconstrucción del mundo andino?, ¿no es la región lacustre la más aymara de todo el altiplano? Quien conozca Puno, sentirá que la frontera no es más que una estupidez realmente colonizadora de un pueblo que nunca debió estar separado. O sea que quien vea al sur peruano como algo ajeno en cultura y música, no está más que reforzando los valores de la Colonia y de la República burguesa”.
Intercambios culturales
“Tengo sospechas y reparos en torno a las pertenencias y nacionalidades de ciertas expresiones de la cultura popular”, comenta el compositor Óscar García, “porque sabemos que la cultura popular está hecha de préstamos, de dinámicas, culturas apropiadas, enajenadas. Ahora, como forma musical que pretende ser esencialmente simbólica, es importante para el país y Bolivia siempre la víctima de que le ‘choreen’ todo y este caso no creo que sea la excepción, pero ¿dónde empieza Bolivia y dónde termina Perú en términos culturales? Nos quejamos todo el tiempo de que nos están robando, pero no hacemos nada para que Bolivia y sus expresiones salgan al mundo”.
La cantante Enriqueta Ulloa considera que los grupos tienen todo el derecho de componer canciones para quien deseen. “Llajtaymanta es un grupo que tiene 20 años de difundir la cultura y la música bolivianas. Yo quisiera que nos muestren un documento que diga que el caporal es específicamente boliviano. Lo que hace falta son políticas culturales que den a conocer nuestra cultura”.
Añadió que “el vals es peruano y nosotros, en Bolivia, tenemos el tema ‘Las playas del Beni’, que es un vals”, dice la cantante tarijeña para quien éste no es más que un “falso debate”.
La británica Rurelec inicia un arbitraje por Guaracachi
Karen Gil / La Paz
La británica Rurelec inició el proceso de arbitraje internacional contra el país por la nacionalización de las generadoras de electricidad de Guaracachi, dejando un plazo de seis meses para negociar el pago por la compensación.
La multinacional Rurelec anunció ayer en su página web que abrió el proceso de arbitraje contra Bolivia, por no respetar el Tratado Bilateral de Inversiones entre el Reino Unido y Bolivia.
Este proceso da inicio a los seis meses de negociación antes del arbitraje internacional. “Hemos iniciado el proceso formal de arbitraje para reducir los plazos generales, en caso de que se requiera un acuerdo supervisado internacionalmente”, dijo el gerente de Rurelec, Peter Earl.
Si bien, el decreto supremo de la nacionalización promulgada por el presidente Evo Morales el 1 de mayo señala que en un periodo de 120 días se evaluará el costo de las acciones que se pagará a la empresa británica, los directores de Rurelec informaron que el valor justo por las generadoras es más de 70 millones dólares.
A pesar de esta declaración, la ministra de Planificación, Viviana Caro, indicó la anterior semana que el Gobierno tiene un fondo inicial de 50 millones de dólares para indemnizar a tres empresas privadas de electricidad, entre ellas una francesa y otra británica. Morales dijo el 1 de mayo que la nacionalización de las eléctricas se produjo después de un año de infructuosas negociaciones, ya que las empresas demandaban indemnizaciones muy superiores a los precios de las acciones.
Por su parte, Earl explicó que el valor de Guaracachi está vinculado a sus ganancias futuras que debería duplicarse a partir del año 2010 como resultado del aumento de los márgenes de ciclo combinado de la nueva planta de energía contratada y de créditos de carbono, provenientes de los excedentes de EEUU.
De acuerdo con el portal, Rurelec dio instrucciones a la firma internacional de abogados Freshfields Bruckhaus Deringer LLP para que los asesoren en relación a las negociaciones y en un arbitraje final. Según el portal, las inversiones de Rurelec en Bolivia están plenamente protegidas, como resultado de un tratado de inversiones entre Bolivia y el Reino Unido, que entró en vigor en 1990. El Acuerdo para la Promoción y Protección de Inversiones fue firmado en La Paz el 24 de mayo de 1988.
Este tratado protege a todas las empresas británicas y garantiza el pago del valor de mercado en el caso de la nacionalización estatal obligatoria de sus inversiones en Bolivia.
La británica Rurelec inició el proceso de arbitraje internacional contra el país por la nacionalización de las generadoras de electricidad de Guaracachi, dejando un plazo de seis meses para negociar el pago por la compensación.
La multinacional Rurelec anunció ayer en su página web que abrió el proceso de arbitraje contra Bolivia, por no respetar el Tratado Bilateral de Inversiones entre el Reino Unido y Bolivia.
Este proceso da inicio a los seis meses de negociación antes del arbitraje internacional. “Hemos iniciado el proceso formal de arbitraje para reducir los plazos generales, en caso de que se requiera un acuerdo supervisado internacionalmente”, dijo el gerente de Rurelec, Peter Earl.
Si bien, el decreto supremo de la nacionalización promulgada por el presidente Evo Morales el 1 de mayo señala que en un periodo de 120 días se evaluará el costo de las acciones que se pagará a la empresa británica, los directores de Rurelec informaron que el valor justo por las generadoras es más de 70 millones dólares.
A pesar de esta declaración, la ministra de Planificación, Viviana Caro, indicó la anterior semana que el Gobierno tiene un fondo inicial de 50 millones de dólares para indemnizar a tres empresas privadas de electricidad, entre ellas una francesa y otra británica. Morales dijo el 1 de mayo que la nacionalización de las eléctricas se produjo después de un año de infructuosas negociaciones, ya que las empresas demandaban indemnizaciones muy superiores a los precios de las acciones.
Por su parte, Earl explicó que el valor de Guaracachi está vinculado a sus ganancias futuras que debería duplicarse a partir del año 2010 como resultado del aumento de los márgenes de ciclo combinado de la nueva planta de energía contratada y de créditos de carbono, provenientes de los excedentes de EEUU.
De acuerdo con el portal, Rurelec dio instrucciones a la firma internacional de abogados Freshfields Bruckhaus Deringer LLP para que los asesoren en relación a las negociaciones y en un arbitraje final. Según el portal, las inversiones de Rurelec en Bolivia están plenamente protegidas, como resultado de un tratado de inversiones entre Bolivia y el Reino Unido, que entró en vigor en 1990. El Acuerdo para la Promoción y Protección de Inversiones fue firmado en La Paz el 24 de mayo de 1988.
Este tratado protege a todas las empresas británicas y garantiza el pago del valor de mercado en el caso de la nacionalización estatal obligatoria de sus inversiones en Bolivia.
Modesto Ayala, 35 años cuidando la Catedral
Óscar Ordóñez A. / La Paz
Modesto Ayala tiene 62 años y hace 35 que trabaja como celoso guardián de la Catedral Metropolitana de La Paz, uno de los íconos de la plaza Murillo, templo silencioso que ha sido testigo de los hechos que marcaron el destino del país.
Para él no hay feriados, ni días de descanso. El suyo es un empleo de todos los días. Pese a que ya se jubiló, los sacerdotes de este templo han vuelto a llamarlo. “Ellos confían en mí. Les estoy muy agradecido”, resalta.
Cada mañana, Ayala se levanta con el sol para, luego de su desayuno, dirigirse a la Catedral desde su casa, ubicada en la zona 16 de Julio de El Alto.
Los días de misa y todos los domingos se encarga de recibir la limosna de los fieles.
En días ordinarios, su trabajo consiste en quitar el polvo que de noche se asienta en los bancos de rezo y en las piletas donde suele haber agua bendita para que los fieles la recojan con la punta de los dedos y se la lleven al corazón o a la frente.
Su deber es también estar pendiente de cualquier desperfecto eléctrico o de agua que tenga la Catedral. Además tiene que limpiar los vitrales santos, cuyas imágenes recuerdan distintos pasajes de la Biblia.
Nunca sintió el llamado de Dios para consagrar su vida al sacerdocio, pero sí dice haber sentido la presencia de él en su cotidiano vivir. Antes trabajaba en el colegio don Bosco, en el mismo oficio. “En total ya son 45 años que trabajo con la Iglesia”, explica el veterano sereno.
Muy pocas veces sube hacia las cúpulas, donde se encuentran las campanas, a barrer los excrementos de las palomas, porque se convierten en polvo “y es más fácil que el viento se los lleve”, bromea. Y en tiempo de lluvias, todo termina en las canaletas, cuyos conductos son llevados a las aguas de los ríos que surcan sin pausa, debajo de las calles de esta ciudad. Su deber es mantener limpios esos conductos de agua.
Ayala, con el apoyo de su único ayudante, deja de un día para otro limpios todos los ambientes superiores, donde varios fieles se reúnen algunas noches de la semana para honrar la palabra de Dios.
Con este empleo, Ayala ha costeado la educación de sus tres hijos, quienes hoy ya han formado sus respectivos hogares.
Pocos fieles
Ayala cree que los fieles católicos han disminuido. Su hipótesis parece comprobarla en el hecho de que desde hace diez años el número de fieles que acude a la Catedral ha disminuido considerablemente.
“Antes esta iglesia estaba llena de gente. Qué será… Muy pocos vienen. Antes, la gente hacía cola para pedir una celebración de misa. Ya no es como antes. Sólo (se celebran) las de difuntos”, recuerda este hombre de 62 años de edad.
En aquella época había más de 25 sacerdotes en este templo. Ahora sólo hay dos. Y había ocho serenos. Con el paso de los años, todos se fueron. “Sólo quedo yo. Debe ser que la crisis también afecta a los curas”, concluye con rostro burlón.
Febrero y octubre, el recuerdo negro vito de la Catedral
La última semana de septiembre de 2003, Modesto Ayala ya no pudo ir a cuidar la Catedral Metropolitana de nuestra Señora de La Paz.
Aquellos días no había entrada a la plaza central de Armas de la ciudad.
Las decisiones del poder se estaban tomando en la residencia presidencial de San Jorge, por lo que la plaza central había dejado de tener la vida de otros días.
En aquella ocasión, la plaza parecía abandonada. No había vehículos circulando a su alrededor. No había turistas fotografiándose dando la espalda al palacio presidencial o frente al Congreso. No había vendedores de helado. No había vendedores de maíz para las palomas. No
había niños jugando ante la mirada vigilante de sus padres. No había parejas de enamorados que sellaban su esperado encuentro con un beso de amor. No había payasos escupiendo pompas de jabón. No había fotógrafos de imágenes instantáneas. No, no había nadie. Tampoco periodistas.
Todas las miradas estaban concentradas en la residencia presidencial. Modesto, a través del único televisor de su casa, ubicada en la ciudad de El Alto, también estaba atento a esos acontecimientos, cuyo desenlace terminó con la huida del país de Sánchez de Lozada.
Su esposa agradece a Dios el hecho de que las autoridades religiosas de la Catedral hayan decidido cerrar este templo y preservar así la vida de su esposo.
Sin embargo, Ayala estaba preocupado por la suerte que había corrido el templo más importante de los católicos.
“¡Cómo no iba a estar preocupado! Es mi fuente de trabajo”, dice en tono humilde.
Febrero trágico
Pero no era la primera vez –ese año– que ese sentimiento había cruzado por su corazón. Meses antes, al medio día del miércoles 12 de febrero, junto a otros compañeros de trabajo, había decidido escapar de la Catedral, porque una cascada de balazos entre policías y militares los sorprendió en mitad de sus cotidianas obligaciones.
Bastó con que uno de ellos
asome la mirada por la rendija de una ventana para darse cuenta de que había estallado la bomba de los problemas de aquellos días.
Era la primera vez que tenían la orden de cerrar las puertas del templo. Los pocos empleados de limpieza, suspendieron sus cotidianos quehaceres, con la promesa de volver al día siguiente. Todos se acercaron a la puerta lateral del templo que comunica a la calle Comercio y corrieron a toda prisa para no ser sorprendidos por una bala perdida.
A salvo, Ayala le dio gracias a Dios por haberlo llevado a casa sin mayores contratiempos que el de su natural preocupación por la Catedral. Tenía miedo que en el trayecto lo arresten, o lo confundan con uno más de la multitud que había salido a las calles a protestar en contra del impuesto al salario, un proyecto de ley que el Gobierno de Sánchez de Lozada había ya mandado al Parlamento para su posterior aprobación.
Al llegar a casa, encendió el televisor y poco después vio cómo un balazo hirió a una persona que intentaba ocultarse entre las puertas del templo. Vio también cómo otra persona escapó de ese mismo sitio sin prestar ayuda a quien ya había caído.
Carlos Mesa en la Catedral
La noche del 10 de junio de 2005, cuando Eduardo Rodríguez Beltzé juró a la Presidencia del país, el renunciante Carlos Mesa sorprendió a la poca gente que se encontraba en la plaza Murillo saliendo de Palacio de Gobierno para dirigirse, a pie, hacia la Catedral.
Era la primera vez en su vida que Ayala veía que un Presidente triste entraba a rezar a su iglesia.
Aquel hombre alto, cuya palabra seducía a la población y se traducía en aplausos y vivas, si bien ya no tenía la sonrisa de otros tiempos, aún no había perdido el aura de “buen hombre” con que el país entero lo había conocido cuando era presentador de noticias en la televisión.
Sin embargo, Ayala, con varios periodistas y el resto del país, pudieron advertir la congoja que Carlos Mesa llevaba en el rostro. “Daba pena verlo así”, recuerda este conserje.
Aquel Presidente sin apoyo le dijo días después a El Tiempo, de Bogotá, que durante sus 20 meses de Gobierno intentó “poner sobre la mesa todas las cartas, todo aquello que era subterráneo, todas las facturas históricas por debajo”.
Y reconoció que su error fue el haber pensado que el país iba a mejorarse si él sacaba “los demonios de la caja”.
Modesto Ayala tiene 62 años y hace 35 que trabaja como celoso guardián de la Catedral Metropolitana de La Paz, uno de los íconos de la plaza Murillo, templo silencioso que ha sido testigo de los hechos que marcaron el destino del país.
Para él no hay feriados, ni días de descanso. El suyo es un empleo de todos los días. Pese a que ya se jubiló, los sacerdotes de este templo han vuelto a llamarlo. “Ellos confían en mí. Les estoy muy agradecido”, resalta.
Cada mañana, Ayala se levanta con el sol para, luego de su desayuno, dirigirse a la Catedral desde su casa, ubicada en la zona 16 de Julio de El Alto.
Los días de misa y todos los domingos se encarga de recibir la limosna de los fieles.
En días ordinarios, su trabajo consiste en quitar el polvo que de noche se asienta en los bancos de rezo y en las piletas donde suele haber agua bendita para que los fieles la recojan con la punta de los dedos y se la lleven al corazón o a la frente.
Su deber es también estar pendiente de cualquier desperfecto eléctrico o de agua que tenga la Catedral. Además tiene que limpiar los vitrales santos, cuyas imágenes recuerdan distintos pasajes de la Biblia.
Nunca sintió el llamado de Dios para consagrar su vida al sacerdocio, pero sí dice haber sentido la presencia de él en su cotidiano vivir. Antes trabajaba en el colegio don Bosco, en el mismo oficio. “En total ya son 45 años que trabajo con la Iglesia”, explica el veterano sereno.
Muy pocas veces sube hacia las cúpulas, donde se encuentran las campanas, a barrer los excrementos de las palomas, porque se convierten en polvo “y es más fácil que el viento se los lleve”, bromea. Y en tiempo de lluvias, todo termina en las canaletas, cuyos conductos son llevados a las aguas de los ríos que surcan sin pausa, debajo de las calles de esta ciudad. Su deber es mantener limpios esos conductos de agua.
Ayala, con el apoyo de su único ayudante, deja de un día para otro limpios todos los ambientes superiores, donde varios fieles se reúnen algunas noches de la semana para honrar la palabra de Dios.
Con este empleo, Ayala ha costeado la educación de sus tres hijos, quienes hoy ya han formado sus respectivos hogares.
Pocos fieles
Ayala cree que los fieles católicos han disminuido. Su hipótesis parece comprobarla en el hecho de que desde hace diez años el número de fieles que acude a la Catedral ha disminuido considerablemente.
“Antes esta iglesia estaba llena de gente. Qué será… Muy pocos vienen. Antes, la gente hacía cola para pedir una celebración de misa. Ya no es como antes. Sólo (se celebran) las de difuntos”, recuerda este hombre de 62 años de edad.
En aquella época había más de 25 sacerdotes en este templo. Ahora sólo hay dos. Y había ocho serenos. Con el paso de los años, todos se fueron. “Sólo quedo yo. Debe ser que la crisis también afecta a los curas”, concluye con rostro burlón.
Febrero y octubre, el recuerdo negro vito de la Catedral
La última semana de septiembre de 2003, Modesto Ayala ya no pudo ir a cuidar la Catedral Metropolitana de nuestra Señora de La Paz.
Aquellos días no había entrada a la plaza central de Armas de la ciudad.
Las decisiones del poder se estaban tomando en la residencia presidencial de San Jorge, por lo que la plaza central había dejado de tener la vida de otros días.
En aquella ocasión, la plaza parecía abandonada. No había vehículos circulando a su alrededor. No había turistas fotografiándose dando la espalda al palacio presidencial o frente al Congreso. No había vendedores de helado. No había vendedores de maíz para las palomas. No
había niños jugando ante la mirada vigilante de sus padres. No había parejas de enamorados que sellaban su esperado encuentro con un beso de amor. No había payasos escupiendo pompas de jabón. No había fotógrafos de imágenes instantáneas. No, no había nadie. Tampoco periodistas.
Todas las miradas estaban concentradas en la residencia presidencial. Modesto, a través del único televisor de su casa, ubicada en la ciudad de El Alto, también estaba atento a esos acontecimientos, cuyo desenlace terminó con la huida del país de Sánchez de Lozada.
Su esposa agradece a Dios el hecho de que las autoridades religiosas de la Catedral hayan decidido cerrar este templo y preservar así la vida de su esposo.
Sin embargo, Ayala estaba preocupado por la suerte que había corrido el templo más importante de los católicos.
“¡Cómo no iba a estar preocupado! Es mi fuente de trabajo”, dice en tono humilde.
Febrero trágico
Pero no era la primera vez –ese año– que ese sentimiento había cruzado por su corazón. Meses antes, al medio día del miércoles 12 de febrero, junto a otros compañeros de trabajo, había decidido escapar de la Catedral, porque una cascada de balazos entre policías y militares los sorprendió en mitad de sus cotidianas obligaciones.
Bastó con que uno de ellos
asome la mirada por la rendija de una ventana para darse cuenta de que había estallado la bomba de los problemas de aquellos días.
Era la primera vez que tenían la orden de cerrar las puertas del templo. Los pocos empleados de limpieza, suspendieron sus cotidianos quehaceres, con la promesa de volver al día siguiente. Todos se acercaron a la puerta lateral del templo que comunica a la calle Comercio y corrieron a toda prisa para no ser sorprendidos por una bala perdida.
A salvo, Ayala le dio gracias a Dios por haberlo llevado a casa sin mayores contratiempos que el de su natural preocupación por la Catedral. Tenía miedo que en el trayecto lo arresten, o lo confundan con uno más de la multitud que había salido a las calles a protestar en contra del impuesto al salario, un proyecto de ley que el Gobierno de Sánchez de Lozada había ya mandado al Parlamento para su posterior aprobación.
Al llegar a casa, encendió el televisor y poco después vio cómo un balazo hirió a una persona que intentaba ocultarse entre las puertas del templo. Vio también cómo otra persona escapó de ese mismo sitio sin prestar ayuda a quien ya había caído.
Carlos Mesa en la Catedral
La noche del 10 de junio de 2005, cuando Eduardo Rodríguez Beltzé juró a la Presidencia del país, el renunciante Carlos Mesa sorprendió a la poca gente que se encontraba en la plaza Murillo saliendo de Palacio de Gobierno para dirigirse, a pie, hacia la Catedral.
Era la primera vez en su vida que Ayala veía que un Presidente triste entraba a rezar a su iglesia.
Aquel hombre alto, cuya palabra seducía a la población y se traducía en aplausos y vivas, si bien ya no tenía la sonrisa de otros tiempos, aún no había perdido el aura de “buen hombre” con que el país entero lo había conocido cuando era presentador de noticias en la televisión.
Sin embargo, Ayala, con varios periodistas y el resto del país, pudieron advertir la congoja que Carlos Mesa llevaba en el rostro. “Daba pena verlo así”, recuerda este conserje.
Aquel Presidente sin apoyo le dijo días después a El Tiempo, de Bogotá, que durante sus 20 meses de Gobierno intentó “poner sobre la mesa todas las cartas, todo aquello que era subterráneo, todas las facturas históricas por debajo”.
Y reconoció que su error fue el haber pensado que el país iba a mejorarse si él sacaba “los demonios de la caja”.
La ley transitoria cierra el paso a estatutos de la "media luna"
Página Siete / La Paz
El Gobierno remitió ayer el proyecto de Ley Transitoria de Autonomías a la Asamblea Legislativa Plurinacional para su análisis y aprobación. La propuesta cierra el paso a los estatutos autonómicos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, aprobados en cuestionados referendos regionales.
Según el ministro de Autonomías, Carlos Romero, la norma permitirá que los gobiernos departamentales ejerzan sus competencias y las asambleas departamentales legislen desde el 30 de mayo sin la necesidad de esperar hasta 2011 sus estatutos adecuados a la Constitución Política del Estado (CPE), toda vez que el Tribunal Constitucional será electo a finales de 2010.
Para la autoridad, con esa ley eventualmente no se necesitarán los estatutos para poner en funcionamiento las autonomías departamentales. Según su explicación, los gobernadores podrán ejercer automáticamente sus competencias exclusivas, las 36 establecidas en el artículo 300 de la CPE, desde el 30 de mayo, cuando se posesionen. Así podrán tomar decisiones en materia de desarrollo humano y económico, infraestructura, servicios y emprendimientos productivos, entre otros.
Pero principalmente desaparecerá la susceptibilidad de que el ejercicio de las competencias dependa de una Ley Marco de Autonomías y Descentralización, dijo Romero.
El contenido del proyecto no fue discutido con las regiones, según el ministro, porque “son temas que no requieren mayor debate político”. “No creo que nadie se oponga a que las asambleas asuman su potestad legislativa”, expresó.
Al respecto, el asesor de la Prefectura de Tarija Rubén Ardaya calificó de imposición la “ley corta” porque, en su criterio, establece competencias recortadas que no tienen coincidencia con los estatutos autonómicos.
En tanto, el secretario de Autonomías de la Prefectura de Santa Cruz, Carlos Dabdoub, criticó la propuesta al considerar que la Constitución prevé una Ley de Autonomías y, más aún, porque no fue concertada.
Lo que le preocupa es la fuente de recursos económicos. Dijo que las gobernaciones tendrán más competencias que las actuales prefecturas, para, por ejemplo, solventar personal para el funcionamiento de la Asamblea Departamental.
Romero aseguró que la ley establecerá por única vez el uso del 17% del presupuesto departamental para el gasto corriente de la nueva estructura.
El contenido
Mando Referida a la transmisión, informe de gestión al Consejo Departamental y la entrega de despacho.
Sesiones Las reuniones preparatorias: directiva ad hoc, verificación de credenciales y elección de la directiva.
Reglamento También regulará la aprobación de la norma vinculada a los debates de la Asamblea.
Competencias Delineará la tuición de los gobiernos autónomos, estructura organizacional y administrativa.
Suspensión Establecerá mecanismos para la sustitución por ausencia temporal o definitiva del Gobernador.
Cierre Dictará líneas para el cierre de información financiera y auditoría, como también la transferencia de derechos y obligaciones.
El Gobierno remitió ayer el proyecto de Ley Transitoria de Autonomías a la Asamblea Legislativa Plurinacional para su análisis y aprobación. La propuesta cierra el paso a los estatutos autonómicos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, aprobados en cuestionados referendos regionales.
Según el ministro de Autonomías, Carlos Romero, la norma permitirá que los gobiernos departamentales ejerzan sus competencias y las asambleas departamentales legislen desde el 30 de mayo sin la necesidad de esperar hasta 2011 sus estatutos adecuados a la Constitución Política del Estado (CPE), toda vez que el Tribunal Constitucional será electo a finales de 2010.
Para la autoridad, con esa ley eventualmente no se necesitarán los estatutos para poner en funcionamiento las autonomías departamentales. Según su explicación, los gobernadores podrán ejercer automáticamente sus competencias exclusivas, las 36 establecidas en el artículo 300 de la CPE, desde el 30 de mayo, cuando se posesionen. Así podrán tomar decisiones en materia de desarrollo humano y económico, infraestructura, servicios y emprendimientos productivos, entre otros.
Pero principalmente desaparecerá la susceptibilidad de que el ejercicio de las competencias dependa de una Ley Marco de Autonomías y Descentralización, dijo Romero.
El contenido del proyecto no fue discutido con las regiones, según el ministro, porque “son temas que no requieren mayor debate político”. “No creo que nadie se oponga a que las asambleas asuman su potestad legislativa”, expresó.
Al respecto, el asesor de la Prefectura de Tarija Rubén Ardaya calificó de imposición la “ley corta” porque, en su criterio, establece competencias recortadas que no tienen coincidencia con los estatutos autonómicos.
En tanto, el secretario de Autonomías de la Prefectura de Santa Cruz, Carlos Dabdoub, criticó la propuesta al considerar que la Constitución prevé una Ley de Autonomías y, más aún, porque no fue concertada.
Lo que le preocupa es la fuente de recursos económicos. Dijo que las gobernaciones tendrán más competencias que las actuales prefecturas, para, por ejemplo, solventar personal para el funcionamiento de la Asamblea Departamental.
Romero aseguró que la ley establecerá por única vez el uso del 17% del presupuesto departamental para el gasto corriente de la nueva estructura.
El contenido
Mando Referida a la transmisión, informe de gestión al Consejo Departamental y la entrega de despacho.
Sesiones Las reuniones preparatorias: directiva ad hoc, verificación de credenciales y elección de la directiva.
Reglamento También regulará la aprobación de la norma vinculada a los debates de la Asamblea.
Competencias Delineará la tuición de los gobiernos autónomos, estructura organizacional y administrativa.
Suspensión Establecerá mecanismos para la sustitución por ausencia temporal o definitiva del Gobernador.
Cierre Dictará líneas para el cierre de información financiera y auditoría, como también la transferencia de derechos y obligaciones.
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