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Viernes 14 de mayo de 2010
Sábado 24 de abril de 2010
Un periódico que da gusto leer...
Un diario debe reflejar lo mejor posible la realidad de una sociedad, de manera transparente y pluralista. Debe alentar un debate democrático y vigoroso entre representantes de diversos sectores y personas que tienen diferentes puntos de vista. Debe ayudar a que la ciudadanía participe activa y libremente en la toma de decisiones. Debe insistir en el hecho de que la diversidad -social, regional, étnica- es un aspecto tanto ineludible como positivo de la sociedad boliviana. Esperamos cumplir con estos primeros propósitos generales.Sin embargo, es bueno precisar que aparecemos a la luz pública en un momento especialmente importante de nuestra historia.
El país vive un período de profundos cambios políticos en el que los sectores que antes estaban marginados del poder son ahora actores políticos centrales. Ello es positivo, puesto que profundiza la democratización de nuestra sociedad y la hace más permeable a necesarias y largamente pospuestas mejoras y transformaciones sociales.
El país vive también importantes reformas referidas a la ampliación de la descentralización administrativa y a la instauración del proceso autonómico. Un país cultural, geográfica y socialmente diverso como el nuestro necesitaba encaminarse a un proceso de ese tipo. El centralismo no era adecuado para enfrentar los retos del desarrollo.
Paralelamente, Bolivia vive una etapa en la que el Estado ha tomado un papel central en la marcha de la economía. Todavía está por verse si ese camino es el más adecuado para nuestra realidad. Hasta ahora se ha mantenido la estabilidad macroeconómica y el crecimiento económico ha sido mayor al promedio de años anteriores. Sin embargo, en el pasado, un modelo estatista y nacionalista similar al actual terminó en la debacle económica de mediados de la década de los 80. Lamentablemente, el modelo liberal instaurado entonces tampoco logró encaminar al país en la ruta del desarrollo y el crecimiento.
La búsqueda del desarrollo y del bienestar de la sociedad, entonces, seguramente requiere de soluciones combinadas y, sobre todo, heterodoxas, que respondan a la realidad tal como es, en lugar de derivarse dogmáticamente de ideologías preconcebidas.
Todo esto ocurre en un período en que un solo partido político tiene un amplio respaldo ciudadano, lo que es positivo: gobierna quien goza del apoyo popular y ése es el requisito central de la democracia. Ese apoyo, además, garantiza la estabilidad, que es condición inexcusable para instaurar planes y proyectos de largo plazo.
Sin embargo, el que un solo partido tenga un dominio tan amplio, puede generar, también, problemas, debido a la extrema influencia que puede adquirir el Ejecutivo. De hecho, existen ya señales de que la independencia del Poder Judicial, por ejemplo, está en riesgo. Por eso es fundado el temor de sectores de la oposición en sentido de que el Gobierno puede usar de manera inapropiada su poder, especialmente a través de procesos judiciales, para perseguir a sus adversarios, entre los que se encuentran algunos ex mandatarios.
En una etapa tan crucial como la actual es que Página Siete empieza su labor como un nuevo diario. Lo hace con una conciencia plena del momento histórico que le toca vivir al país y de cuáles son sus responsabilidades en él.
En páginas de esta edición se publica la Declaración de Principios del periódico, en la que se establecen los valores que impulsarán nuestro trabajo y se mencionan nuestros objetivos y compromisos con los lectores. Nos comprometemos a cumplir cabalmente con todos ellos. Pero, además, prometemos ahora, frente a todos ustedes, hacer lo que sabemos con pasión, seriedad y entrega. A luchar para que la verdad se imponga siempre. Y a proveer, lo más abundantemente posible y a la mayor cantidad posible de personas, del incomparable gusto de leer.
Página Siete empieza su labor en una etapa crucial. Lo hace con conciencia plena del momento histórico que le toca vivir al país y de sus responsabilidades en él.
Nuestra portada de hoy
Viernes 14 de mayo de 2010
Página siete
Una iniciativa empresarial y periodística gestó un nuevo diario en el país, Página Siete. Sin pretender ser mejores, el objetivo es ofrecer nuestros servicios a la verdad y al bien social, a la gente, más allá del hecho noticioso. Comenzamos así, mientras la red nos acoja con una plataforma más accesible (http://www.paginasiete.bo/).
Staff
Díario fundado el 15 de abril de 2010
Director: Raúl Peñaranda
Jefe de Redacción: Cándido Tancara
Jefe de Informaciones: Rubén Atahuichi
Editores: Richard Sánchez (Sociedad); Roxana Pomier (Deportes); Amancaya Finkel (Cultura); Fernando Chávez (Miradas y Gente); Martín Zelaya (Suplementos); Ramón Grimalt (Internacional); Pablo Stefanoni (Análisis internacional); Jitka Silva (Coordinadora de opinión); Miriam Jemio (Editora nocturna).
Diseño: Edmundo Morales C. (director gráfico); José Luis Quintana (jefe de fotografía); Enzo de Lucca (editor de fotografía).
Comité editorial: (Fernando Molina, Gonzalo Chávez, Gonzalo Mendieta, Pablo Stefanoni).
Presidente del Directorio: Raúl Garáfulic L.
Vicepresidente Ejecutivo: Carlos Saravia
Gerente Administrativo: Godofredo Rodríguez; Publicidad: GDMB (Patricia Calderón, Francisco González);
Gerente de Producción: Juan Pablo Muñoz R.; Gerente de Sistemas: Alcides Quintanilla;
Distribución: Marco Tellez; Distribución nacional: Douglas AzurduyEl primer número
Sábado 24 de abril de 2010
Diario nacional independiente
Un periódico que da gusto leer...
Editorial de apertura
Un nuevo diario, en un momento crucial
Un diario debe reflejar lo mejor posible la realidad de una sociedad, de manera transparente y pluralista. Debe alentar un debate democrático y vigoroso entre representantes de diversos sectores y personas que tienen diferentes puntos de vista. Debe ayudar a que la ciudadanía participe activa y libremente en la toma de decisiones. Debe insistir en el hecho de que la diversidad -social, regional, étnica- es un aspecto tanto ineludible como positivo de la sociedad boliviana. Esperamos cumplir con estos primeros propósitos generales.Sin embargo, es bueno precisar que aparecemos a la luz pública en un momento especialmente importante de nuestra historia.
El país vive un período de profundos cambios políticos en el que los sectores que antes estaban marginados del poder son ahora actores políticos centrales. Ello es positivo, puesto que profundiza la democratización de nuestra sociedad y la hace más permeable a necesarias y largamente pospuestas mejoras y transformaciones sociales.
El país vive también importantes reformas referidas a la ampliación de la descentralización administrativa y a la instauración del proceso autonómico. Un país cultural, geográfica y socialmente diverso como el nuestro necesitaba encaminarse a un proceso de ese tipo. El centralismo no era adecuado para enfrentar los retos del desarrollo.
Paralelamente, Bolivia vive una etapa en la que el Estado ha tomado un papel central en la marcha de la economía. Todavía está por verse si ese camino es el más adecuado para nuestra realidad. Hasta ahora se ha mantenido la estabilidad macroeconómica y el crecimiento económico ha sido mayor al promedio de años anteriores. Sin embargo, en el pasado, un modelo estatista y nacionalista similar al actual terminó en la debacle económica de mediados de la década de los 80. Lamentablemente, el modelo liberal instaurado entonces tampoco logró encaminar al país en la ruta del desarrollo y el crecimiento.
La búsqueda del desarrollo y del bienestar de la sociedad, entonces, seguramente requiere de soluciones combinadas y, sobre todo, heterodoxas, que respondan a la realidad tal como es, en lugar de derivarse dogmáticamente de ideologías preconcebidas.
Todo esto ocurre en un período en que un solo partido político tiene un amplio respaldo ciudadano, lo que es positivo: gobierna quien goza del apoyo popular y ése es el requisito central de la democracia. Ese apoyo, además, garantiza la estabilidad, que es condición inexcusable para instaurar planes y proyectos de largo plazo.
Sin embargo, el que un solo partido tenga un dominio tan amplio, puede generar, también, problemas, debido a la extrema influencia que puede adquirir el Ejecutivo. De hecho, existen ya señales de que la independencia del Poder Judicial, por ejemplo, está en riesgo. Por eso es fundado el temor de sectores de la oposición en sentido de que el Gobierno puede usar de manera inapropiada su poder, especialmente a través de procesos judiciales, para perseguir a sus adversarios, entre los que se encuentran algunos ex mandatarios.
En una etapa tan crucial como la actual es que Página Siete empieza su labor como un nuevo diario. Lo hace con una conciencia plena del momento histórico que le toca vivir al país y de cuáles son sus responsabilidades en él.
En páginas de esta edición se publica la Declaración de Principios del periódico, en la que se establecen los valores que impulsarán nuestro trabajo y se mencionan nuestros objetivos y compromisos con los lectores. Nos comprometemos a cumplir cabalmente con todos ellos. Pero, además, prometemos ahora, frente a todos ustedes, hacer lo que sabemos con pasión, seriedad y entrega. A luchar para que la verdad se imponga siempre. Y a proveer, lo más abundantemente posible y a la mayor cantidad posible de personas, del incomparable gusto de leer.
Página Siete empieza su labor en una etapa crucial. Lo hace con conciencia plena del momento histórico que le toca vivir al país y de sus responsabilidades en él.
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